El turismo ornitológico es una de las potenciales salidas para nuestro querido Delta, que, recordamos, tiene más del 90% de las especies de aves que se pueden encontrar en el Delta del Ebro o Aiguamolls de l’Ampurdà.
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Martin Kelsey, doctor en Ornitología por la Universidad de Oxford, ha recorrido África y América estudiando aves. En 1992, durante una nueva expedición, descubrió el Parque Natural de Monfragüe. Diez años después, con los pájaros extremeños en la cabeza, este inglés abandonaba el nomadismo científico para instalarse en Trujillo (Cáceres). ¿El motivo? “En menos de 60 kilómetros hay muchos ecosistemas diferentes con distintos pájaros: el río Tiétar, la dehesa extremeña, los llanos de Cáceres, la Sierra de Las Villuercas, las vegas del Guadiana… Y, en invierno, ¡el espectáculo de las grullas, que vienen de Escandinavia!”, dice entusiasmado en un castellano con tanto acento inglés como léxico sudamericano. Kelsey, que es guía de la naturaleza a sus 52 años, aprendió castellano en el Amazonas colombiano, donde estudió aves tropicales durante tres años.
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